"Masturbarse es Amarse"

Escrita por: David Araya D.

Cerca del lugar adonde vivo hay un supermercado, un Fresh Market para ser exacto. Antes, el espacio esquinero que hoy ocupa dicho supermercado, era un respiro en mi caminata. Un pequeño muro de piedra demarcando la propiedad, zacate y algunos arbustos hasta llegar a los muros desnudos de las construcciones colindantes.

Uno de los muros, en un acto de profunda irreverencia, honestidad y al mismo tiempo elegancia, pronunciaba en silencio “masturbarse es amarse”. El graffiti, en letra cursiva y buena caligrafía (tomando en cuenta, por supuesto, la dificultad de escribir con escaza iluminación y pintura en aerosol), se mostraba orgulloso de dialogar con el peatón abiertamente de sexualidad, ignorando el eco absurdo de sacerdotes, obispos y cardenales que en un acto de anacronismo hipócrita, condenan cualquier acto relacionado con su tabú preferido, el sexo.

En otro muro, en otra de mis caminatas, siempre cerca del lugar adonde vivo, otro graffiti me llamó la atención por su estilo idéntico a aquel “masturbarse es amarse”. Este muro, con igual orgullo pero ahora de forma imperativa, llama la atención al peatón y exige “+ orgasmos, - violencia”.

Este graffiti me hizo llegar a la hipótesis de que quien le daba el don del habla a las paredes era una mujer. Adquiere entonces más irreverencia y significado. Es a las mujeres a las que se les ha reprimido más los temas sexuales y la violencia en la familia es una realidad cotidiana. Contiguo a “+ orgasmos, - violencia” había un tercer graffiti que confirmó mi hipótesis. “femme fatal” decía, con una silueta femenina.

Hoy en las caminatas en que los muros me hablan espero descubrir otro mensaje de ella, que en su anonimato humaniza los lienzos de la ciudad. Tal vez ya otro muro está dialogando con otras personas otros mensajes que desconozco. Y lamentablemente sé que el guarda de seguridad y las cámaras de vigilancia del supermercado harán difícil que los muros de ese espacio esquinero me vuelvan a hablar.