Escrita por: Andrés Jiménez C.
Estaba yo ahí sentado a la orilla de la cama,
cuando viniste tú y me diste calma,
¡Tranquilo! me dijiste,
yo suspiré y sonreíste.
No puedo estar tranquilo, te dije;
los pensamientos y los sentimientos te los traduje;
es complejo, me dije.
La muerte me sonrió
cuando todo ya pasó,
cuando menos supe, me acarició;
caminó de nuevo lento, y desapareció.
A dónde te puedo llamar,
te quiero invitar a conversar,
muchas cosas me puedes platicar,
muchas dudas te puedo recitar.
Ven frecuentemente,
que me encuentro inquietamente,
Vivan los segundos de la vida que compartimos observando la muerte.
Fotografías de Andrés Jiménez
2 de noviembre de 2013
Instituto México
San José, Costa Rica
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