Páginas

sábado, 5 de abril de 2014

“Costarricenses, ¡a las urnas!”

Escrito por David A. D.


“Costarricenses, ¡a las urnas!” Con esta orden de tono casi militar, Luis Antonio Sobrado, presidente del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), inicia una sucesión de gritos desesperados que desbordan demagogia. Gritos que fueron escritos y plasmados en un artículo de opinión, publicado en el periódico La Nación del día 2 de abril (http://www.nacion.com/opinion/foros/Costarricenses-urnas_0_1406059395.html), a lo que agrego algunos comentarios al respecto.

“… en una democracia confiable como la costarricense, la definición de los procesos electorales tiene que darse en las urnas y en ninguna otra parte. Por eso, vaya a votar y dígale ‘presente’ a su país.” ¿“Democracia confiable”? No estoy tan seguro. ¿Por qué “… tiene que…”? ¿Acaso la democracia excluye cualquier otra forma de ejercerla que no sea mediante elecciones?

“Llegó la hora de que los ciudadanos le cumplamos a este país”. Esta afirmación es una falacia. Se le da una atribución casi humana a un concepto abstracto. No se le puede “cumplir” a un “país”. Este es el engaño nacionalista con el que forman borregos obedientes. En el fondo lo que dice es: “Llegó la hora de que los ciudadanos le cumplamos al Estado”, y con esto, a su vez, se quiere decir: “Llegó la hora de que los ciudadanos le cumplamos a los que manejan el Estado”.


“El anhelo de convivir en paz y libertad sigue allí, en el alma nacional.” ¡Y la prosopopeya continúa! La nación no tiene alma, así como no tiene pies y no puede ser católica. Suena obvio cuando se explica que Costa Rica no tiene pies, pero esta personificación hace que se englobe a todos los habitantes del país, para de esta forma decir entre líneas: “tú alma tiene anhelo de paz y libertad”, y con decir “paz y libertad”, en este contexto, se quiere decir que “solo por medio de las elecciones presidenciales se puede conseguir la paz y la libertad”, por tanto, lo que mediante un juego retórico se nos está queriendo decir es: “tú alma quiere y por lo tanto debe ir a votar”.

Y aquí viene la mamá de las falacias demagógicas: El costarricense se ha comportado con sabiduría en estos seis meses en que hemos caminado juntos, entre incertidumbres y acertijos políticos. Los electores hemos sabido aprovecharlos para madurar.” No está hablando de ‘aquel’ costarricense o  de ‘este grupo’ de costarricenses, está hablando de ‘EL’ costarricense. Aquel que no existe, que no es nadie pero que en su abstracción nos evoca a todos. Aunque sea redundante debo insistir en que ‘EL’ costarricense no puede “comportarse con sabiduría” ni “madurar”, debido a que no es una persona, es un concepto abstracto. Esto es una forma irreal de alagarnos para luego volvernos obedientes. Si quieres convencer a alguien de algo primero debes halagarlo, eso es demagogia y eso es lo que hace el presidente del TSE.

Y el gran final, con redoblante y platillos: “La elección será el 6 de abril y necesitamos que usted le cumpla a su país y vote por lo más grande y querido que tenemos, por lo que nos une como pueblo, por nuestra Costa Rica.”  … … … … JA… … … … JA… … … … JA… … … …

Las palabras de Sobrado solo son una parte del despliegue mediático con que seremos atacados en estos días, de seguro los ataques serán halagos, aplausos y discursos reconciliadores y patriotas, pero estos son los ataques más peligrosos, porque nos quieren convencer de entrar en el juego sin cuestionarlo, y quieren que veamos el mayor absurdo político de la historia reciente de la democracia costarricense como un acto patriota del que debemos estar orgullosos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario