Dedicado a Chris McCandless (Febrero 12, 1968 – Agosto 1992)
Infinito
Verde
Existe un lugar en el infinito
verde, escondido en lo que todavía no se ha descubierto por el ojo superficial,
lo que permanece virgen, totalmente independiente y autónomo de aquel animal
con habilidad de racionalidad mayor. Pese a que está escondido para los ojos
del materialista, abre sus puertas para los que lo buscan con paciencia y perseverancia.
Cuando él es por fin encontrado entre las flores y los árboles llenos de color,
un mundo totalmente diferente empieza a presenciarse, una realidad dispar que
parece ser adictiva llama a aquel para adentrarme más en ella. Una realidad
simple, pero especial.
Me encuentro aquí, totalmente
sumergido en esta realidad que parece -de muchas maneras- ser nueva para mí,
totalmente ajena a las demás que he vivido.
Porque este es para mí el entorno que el animal racional debería vivir por y para, esta es su libertad y su
rebelión. En ese momento en que se sale del estatuto social, en aquel instante
en que él/ella hombre/mujer se propone a olvidar un mundo material y
sedentario, cuando se propone entregarse al mundo de la espiritualidad natural,
cuando decide ser parte de su realidad, su entorno y naturalidad, él/ella se
dará cuenta de aquella realidad, una la cual solo viví por unas horas, pero fue
suficiente como para detentar la
preconcepción de en qué entorno se viviría en un futuro.
Escucho, escucho las aves en
los árboles y las oigo cantar al ritmo del viento. Parecen estar escondidas en
aquello que decidí llamar “infinito verde”, pues pasa que mis ojos no las
pueden captar. Aun así, con un poderoso aullido escucho al lobo, aunque tampoco
lo observo, posiblemente se esconde detrás del gran cuerpo leñoso, en aquella
oscuridad infinita. Escucho el rio, aquel que pasa lleno de vida, recorriendo
kilómetros para, igualmente, llenarnos de vida. Vengo a la realización de que
no estoy en el infinito verde, sino soy parte de él, dependiente de él; soy
parte de su infinito ecosistema, parte del árbol, de la vida que me ofrece.
Perteneciente a la naturaleza, soy un animal, una especie, no soy menos ni soy
más. Pertenezco y nunca dejare de hacerlo.
Observaciones
de un Mundo Perfecto
La naturaleza se encuentra en
la perfección, cada una de sus características, cada uno de sus desastres
poseen fundamento. La naturaleza da y quita la vida, ella cura y enferma. Todos
esos contrastes nos demuestran su poder y superioridad. El ser humano cuando se
encuentra en su realidad sustraída no es nada, la naturaleza le da vida al
individuo racional y ella misma la arrebata. Es esta observación la cual me
hace ver el contraste de aquello lo cual pienso es perfecto y vigoroso, aquello
que puede suplir mi necesidad de hogar, mi necesidad de supervivencia, que es
al final una de las pocas necesidades que en realidad existen.
Pertenencia
Personal
Día a día soy parte de este
experimento biológico, parte de este mundo social al cual yo no decidí ni he
decidido pertenecer, pero algún lugar me espera y llegare ahí, con el
conocimiento suficiente para sobrevivirlo pues habrá obstrucciones. Mientras pereceré
aquí para discernir de aquel conocimiento desconocido y me aferrare a mi Ley de Pertenencia.
ALEXANDER SUPERTRAMP MAYO DE 1992
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