Páginas

miércoles, 20 de agosto de 2014

Visita al pscicólogo

Por David A.D.

Tus teorías e histerias se escuchan tan falsas y secas ante los instantes que vivo. Tan lejanas de la realidad. Pero sin embargo lo sé. El sistema académico junto con su fiel compañero el capitalismo me han robado la capacidad de gestionar mis emociones. No pongas esa cara. Sí, ME LA HAN ROBADO. Han intentado mediante un arduo proceso de segmentación del saber, espero que sin éxito, traspasar ese conocimiento a lo que eres. Un pscicólogo. Solo importas en la acción de cobrarme una porción de mi salario a cambio de tu ayuda en el gestionamiento de MIS emociones, para que juntos contribuyamos a la circulación de ese bien tan sobrevalorado, el dinero.


Tranquilo, no sos el único. Yo soy ARQUITECTO. Contribuyo a que un montón de universidades, bancos y congresos le roben a las personas la capacidad de gestionar su propio habitad. Al igual que vos, soy el intermediario necesario para que juntos circulemos el capital. El sistema roba, a través de nosotros, las capacidades más vitales de las personas. A cambio les da la capacidad de consumir. Consumir consejos de un gestor de emociones, diseños de un gestor de espacios, libros de autoayuda o revistas de decoración. Da igual mientras que el dinero fluya.

Pero sin embargo, debemos hacer una reverencia ante el mayor usurpador de todos. EL ABOGADO. Espero estés de acuerdo conmigo. Él roba nuestra capacidad de gestionar las relaciones interpersonales, las relaciones con nuestro entorno y se ha atrevido a legislar la relación que tenemos con nosotros mismos.

Aparte de los absurdos que ya te he mencionado, también hay quienes nos intentan roban la capacidad de escribir, la capacidad de crear belleza o la capacidad de sanar. Podría continuar, pero crea que te quedó claro.

Nota que hablo de EL piscicólogo, EL arquitecto y EL abogado debido a que las universidades eso es lo que forman. No importa que tengas entre las piernas o que te gusta que tenga tu pareja entre las piernas, la academia nació, aunque no lo queramos, a imagen y semejanza de "EL" y aún hoy le cuesta, para nuestra desgracia, tener un poco más de "ELLAS".

En fin, dejemos tanta formalidad, salgamos de este consultorio y vamos juntos a demostrar que podemos recuperar lo que nos han robado.

*La sandía fue encontrada sangrando en la ciudad de San José durante el reclutamiento de otras personas empeñadas en recuperar lo que se les arrebató.

No hay comentarios:

Publicar un comentario