Por A. Jiménez Corrales
Todavía pensamos en países. Todavía "luchamos" por delimitar lo mejor posible las fronteras. Todavía nos alegramos ganar un juicio en un país lejano. Todavía ocupamos de voces externas para afirmar cosas y reprocharlas al "perdedor".
Aún buscamos enemigos a quienes hacerles la guerra. Aún creamos armas para autodestruirnos. Aún nos atacamos. Aún defendemos ideas creadas por pequeñas cabezas que delimitan lo infinito. Aún creemos en una bandera, en un himno, en un estado. Aún buscamos ganar dinero a costas del "otro". Aún buscamos tener la razón. Aún nos gusta complicarnos.
Todavía nos cuesta disfrutar el simple compartir. Todavía buscamos lo que está muy cerca. Todavía creemos que las cosas se pueden cambiar desde fuera de nosotros. Todavía nos cuesta expresar todo lo que sentimos. Todavía no sabemos cómo escuchar al corazón. Todavía creemos que la locura es un estado de unos pocos. Todavía soñamos dormidos.
Aún no nos atrevemos a salir de nuestra propia cárcel. Aún nos cuesta decirle basta a todo lo que no nos gusta. Aún tenemos miedo. Aún no sabemos cómo relacionarnos con el amor. Aún estamos encapsulados en espirales de pensamientos. Aún creemos que sabemos algo. Aún buscamos la verdad. Aún creemos ser algo bajo etiquetas dadas en un cartón.
Todavía estoy escribiendo, pero aún, no comprendo por qué.
No hay comentarios:
Publicar un comentario