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miércoles, 5 de marzo de 2014

Los pobres no saben hablar de política

Escrita por: Diego Velásquez F.

Hacer una pequeña reflexión sobre la utilidad de hablar de política es interesante. Por ejemplo: ¿Quiénes lo hacen? ¿La gente de dinero, la gente pobre, inteligente, educada o no educada?

Un poco del argumento de este ensayo es que la clase social y la educación son factores importantes que definen cuánto tiempo dedica la gente a hablar de política.  El secreto está en la utilidad, y el sentimiento de pertenencia y ubicación en el sistema, bueno y  ¿Para qué hacerlo?  

En una forma generalizada y  estereotipada la gente pobre y la gente con poca educación no les gusta hablar de política. Los primeros  son un error del sistema, un mal necesario. En el imaginario  está la idea de que si hay gente pobre, es porque es gente vaga o ‘trabada’ que le dio pereza estudiar o trabajar,  porque  en Costa Rica todos tenemos la oportunidad de superarnos y “ser alguien en la vida”. Además, está la idea de que siempre va ver gente pobre (vaga, tonta, primitiva, desafortunada), como lo indica la frase de García Márquez: “El día que la mierda tenga algún valor, los pobres nacerán sin culo”.

En todo caso, los pobres en teoría no lo hacen, porque tienen la correcta idea de que no son tomados en cuenta, que no tienen la capacidad de hacer ningún cambio, ni capacidad intelectual para hablar o participar en política, están programados para pensar que ellos son “el verdadero pueblo”, el chiquito de papá gobierno que los tiene que educar, mantener y regañar.  

Probablemente piensa que el voto junto con la democracia son una farsa,  de ahí que se escuchen comentarios como: “Que voy a estar hablando de política, esos hijueputas no hacen nada solo roban” (Idioma de pobre). Todo esto se ve reflejado en que los mayores índices de abstencionismo se presentan en las zonas más pobres del país. Acto que yo considero respetable y  una forma  inteligente de protesta.

Tal vez el abstencionismo es una forma de decir: El sistema es una farsa, la democracia no sirve,  es la misma gente gobernando hace 40 años, nos ponen a elegir entre 5 muñecos cada cuatro años,  para tener la ilusión de que de verdad elegimos quien nos gobierna.

Bueno, entonces los pobres no hablan de política porque es una pérdida de tiempo, tienen mejores cosas de que hablar y preocuparse como por ejemplo: sobre qué van a comer. Ahora vamos a los poco educados, que en teoría tampoco lo hacen ¿Por qué? Tal vez demasiada tele que les atrofia el cerebro, o están programados para no hacerlo, vivir para trabajar,  para pertenecer a la clase media que está en peligro de extinción, lo cual no deja mucho tiempo para estar hablando  de política.

Es importante recordar que vivimos en un sistema liberal “capitalista”, con poca intervención del Estado,  donde la idea es dejar hacer, dejar hacer negocios, empresas, que haya competencia y que ésta se vea reflejada en calidad de vida,  de personas,  de bienes y servicios (desarrollo). La idea más o menos sería: Trabaje, y deje de estar hablando paja de política.

Ya hablando un poquito más de política, para mí la fresa del pastel en cuanto a la campaña pasada, fue un encuentro fortuito con uno de los candidatos. Junto con unos amigos nos encontramos al polémico candidato de izquierda don José María Villalta, volando machete en un lote baldío al frente de su apartamento en Sabanilla, claramente lo saludé y hablamos de varios temas como futbol, política (obviamente), corrupción, mujeres y Justo Orozco, entre otros.

La conclusión a la que llegamos fue que la campaña pasada estuvo muy interesante, ya que puso a todo el mundo a hablar, discutir y  tomar una posición, hasta la campaña polísima y anacrónica del miedo sirvió para que la gente hablara de política, y me refiero a todas las clases sociales, educados o no.  

Tuvimos una mini discusión, porque pensándolo bien era demasiado obvio que don Luis Guillermo Solís iba y va quedar como presidente, ya que el sello PAC es el  partido elegible  que representa mejor los tan estimados valores patrióticos, democráticos y ancestrales de Costa Rica. O sea en resumen Villalta de izquierda, Otto partido de las clases altas, Liberación corrompida, todos valores no democráticos y no costarricenses. Solo quedaba el PAC partido centro moderado, que apoya el libre comercio,  promete ayudar a la Caja, y no tiene indicios de corrupción o sea ¿Qué más quiere?  Me pareció muy iluso de parte de Villalta pensar que él era el verdadero enemigo de Liberación. Sin embargo no hay duda de que Frente Amplio fue el verdadero ganador y es un partido que le deseo lo mejor.

Además que el PAC ni campaña ocupaba, la corrupción descarada en ocho años de Liberación, más la cara de Johnny era suficiente. Y como lo menciona Andrés Jiménez en su ensayo ¿Por el bien de la democracia? (http://sendascotidianas.blogspot.com/2014/02/por-el-bien-de-la-democracia.htmlEra poco democrático que ganara el PLN, y estaba la sensación que ni el PLN quería que quedara Don Johnny, de hecho nunca ha pasado que un partido esté 12 años en el poder, es poco costarricense (poco democrático).

Siguiendo con la idea, puso a todos a hablar de política porque ahora si era útil,  se podía quitar a Liberación, el pueblo unido podía quitar a Liberación y el pueblo podía decidir poner a don Luis Guillermo, porque de verdad quería que él los gobernara y de ahí derivaron todas las conversaciones cotidianas de política durante la campaña.

Aún así después de que el pueblo ‘decidió’ poner a Luis Guillermo, nace una nueva idea, una nueva conversación: “Ese mae es lo mismo que liberación, fijo se toma el cafecito con los Arias y los que estén arriba de los Arias (Idioma de pueblo). Y empezamos de nuevo con la primera idea de: Todo esto es una farsa, hablar de política es vara y una pérdida de tiempo; y la idea complementaria de: Gobierno  papá,  ya  elegido, ve a ver qué hace para arreglar este caos burocrático, a mi no me moleste, tengo mucho que hacer como para hablar paja y participar en política.

Probablemente la sensación generalizada después de esta campaña es de empacho: empachados de la política, con ganas de no hablar de política en unos cuatro años. Pero hablar de política es un mal necesario, tenemos la tarea de hablar, pensar, criticar y analizar el sistema en el que vivimos.


Dejemos de pensar que tenemos que ser estudiantes de ciencias sociales de la UCR para hablar de política, hablemos de política aunque no participemos y no nos sintamos representados, como hablamos de futbol y no hacemos dos series seguidas; y hablamos de música y no tocamos ni medio instrumento, no le quita lo interesante, siempre respetando ideas contrarias. Además, quiero  resaltar que el titulo no es una afirmación, más bien sería una crítica a la idea de  que los pobres o el populacho está programado para pensar poco y trabajar mucho, que es gente simple que no tiene capacidad para hablar de temas “sofisticados”.  

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